Un plan de contingencias es un documento de planeación que nos permite prevenir, predecir y reaccionar de forma eficaz para controlar situaciones de emergencia que se puedan presentar dentro de la empresa, en particular cuando sus actividades cotidianas se ven afectadas por un evento interno o externo.Este tipo de programas están compuestos por una serie de procedimientos alternativos que permiten que una organización tenga continuidad en sus funciones, de forma que establece objetivos estratégicos, así como un plan de acciones y medidas a realizar ante posibles amenazas o situaciones que pueden poner en riesgo la vida de los miembros de la corporación.A continuación presentaremos cuáles son los elementos que componen estas planeaciones, el porqué de su necesidad, así como la importancia y el cumplimiento de las normatividades vigentes del Sistema Nacional de Protección Civil o SINAPROC.
Para realizar un plan de esta categoría debemos considerar la organización del capital humano y de los recursos materiales que garanticen la seguridad en caso de alguna eventualidad. El documento debe partir de una estructura conforme a lo estipulado por la Coordinación Nacional de Protección Civil y la Dirección General de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación de los Estados Unidos Mexicanos.A continuación detallamos dichos componentes:
En este apartado se debe describir de forma breve el contenido del programa de protección ciudadana, así como los puntos más importantes y cuáles son los elementos que lo componen.
Aquí debe mencionarse cuáles son las leyes y reglamentos en los que se basa dicho programa de reacción ante emergencias o eventualidades en el ámbito empresarial, las cuales corresponden a las normas vigentes en esta materia:
En esta sección se debe detallar cuál es la situación tanto de las instalaciones y recursos materiales de la empresa, así como del estado, municipio o delegación, según corresponda en materia y términos de protección de civiles.Es importante que se establezcan los escenarios vigentes, ante los fenómenos que puedan perturbar la estabilidad, como puede ser un sismo o un incendio, por ejemplo.También se deben contemplar cuáles son los posibles riesgos, los grados de vulnerabilidad, además de los obstáculos y recursos tangibles que se tienen a la mano para poder saber lo que se podría esperar en caso de reducir o eliminar dichos riesgos de forma eventual.
En esta sección de nuestro plan es donde debemos tener claras qué piezas son las que lo integran, como pueden ser políticas empresariales, presupuestos para la gestión de riesgos, además de la promoción de una cultura de prevención.
Aquí es donde tenemos que definir qué es lo que se espera lograr con un plan en esta materia, además de las acciones que se requieren para lograr dicho objetivo.Debe contar con una estrategia que especifique acciones claras hacia el cumplimiento de las metas, así como las líneas de acción y actividades concretas que se deben llevar a cabo para brindar seguridad.Asimismo, como parte de los objetivos de un programa de protección de personas, es importante que se incluyan las medidas de seguridad para asentamientos humanos ubicados en zonas de alto riesgo como lo contempla el artículo 75 de la Ley General de Protección Civil.
Para llevar un control de las acciones especificadas, es básico que se supervise la realización de los objetivos, así como de las estrategias, actividades y metas del programa.Igualmente se debe considerar llevar una medición de resultados, así como la actualización del estado actual.
Para que este plan cuente con toda una estructura completa, se debe agregar una sección de anexos donde se pueda incluir la información relevante y adicional que pueda servir para el cumplimiento de objetivos.Además, debemos considerar agregar las referencias y fuentes de donde se obtuvo la información, así como un diccionario de siglas, acrónimos y términos que permitan una total comprensión para aquellas personas que deseen consultar el material.
Es importante
adelantarse y estar prevenido
ante cualquier eventualidad o emergencia que pueda ocurrir en una empresa, de modo que además de cumplir con el marco legal específico, se garantice la vida de las personas y la protección de los recursos materiales.Todos los días estamos expuestos a una serie de contratiempos, y si contamos con protocolos y planes de acción, es más probable que el impacto de dichos eventos sea mucho menor o más controlable.Al contar con una planeación ante emergencias podemos obtener grandes ventajas:
Sin importar el tamaño o sector de la empresa, contar con un plan ante emergencias nos permite delimitar el daño que pueden causar, lo que va desde lesiones a personas, hasta afectaciones a la ecología o daños a la propiedad o el estado.
En primer lugar debemos tener claros cuáles son los posibles riesgos a los que podemos estar expuestos para poder establecer medidas de prevención y control.Estos riesgos se pueden categorizar entre naturales, sociales y tecnológicos, de los cuales estos son algunos ejemplos:
El grado de vulnerabilidad que nuestra empresa tiene ante un riesgo específico es directamente proporcional y relacionado a la organización interna que poseemos para enfrentarlo, prevenirlo o controlarlo.Para conocer el nivel de vulnerabilidad de nuestra corporación debemos considerar los siguientes factores: La ubicación y el entorno:
Debemos conocer cuáles son las cualidades del área en donde están ubicadas las instalaciones de nuestra institución, como por ejemplo, si nos encontramos en un área residencial, comercial, mixta o de tipo industrial. Es importante también conocer y determinar las áreas de densidad de población alta, como por ejemplo, si estamos ubicados cerca de escuelas, hospitales o centros comerciales.
- Acceso a las instalaciones:
Es primordial que podamos identificar las vías de llegada o de acceso por parte de cuerpos de rescate o de seguridad en una emergencia, lo cual será esencial para el nivel de respuesta. Aquí debemos considerar las condiciones viales, así como el ancho de calles y avenidas, las condiciones de tráfico, además del estado topográfico del terreno. Es vital poder establecer un mapeo de las estaciones de bomberos, si el área se encuentra dentro de las rutas de la policía y dónde están sus centrales, así como los ministerios públicos.
- Características de las instalaciones y rutas de evacuación:
Es responsabilidad de todo propietario de una empresa que las edificaciones e instalaciones de la misma estén construidas con un diseño apropiado y con materiales resistentes. Por otro lado, deben contar con vías de salida suficientes y funcionales para una evacuación conforme a los riesgos posibles y la cantidad de personas que puedan estar presentes en las mismas.
También se deben establecer criterios mínimos para que el diseño y supervisión técnica de nuevas construcciones permitan la búsqueda y rescate de personas
posteriormente a un evento de emergencia.
Toda construcción reciente debe realizarse de forma que sea resistente a fuerzas sísmicas u otras fuerzas provocadas por eventos de la naturaleza y, en caso de ser impactadas, que su diseño pueda reducir al mínimo la posibilidad de pérdida de vidas y de protección del patrimonio material.
Las instalaciones deben garantizar la seguridad en la red eléctrica, los sistemas de ventilación, elevadores, transformadores, escaleras comunes y de emergencia, así como en los sistemas sanitarios, transformadores y áreas de estacionamiento.
En cuanto a las rutas de evacuación, se deben tener contabilizadas, estar siempre disponibles, señalizadas, iluminadas, así como tener claras sus dimensiones y ubicación, además de las condiciones del lugar al que conducen.
- Actividades de la empresa:
En todo plan de emergencias deben estar descritas de forma clara cuáles son las actividades que desarrolla la organización, de modo que se puedan conocer los riesgos y peligros que se puedan llegar a generar internamente.
Conociendo los escenarios posibles se pueden enfocar actividades de cultura de prevención, así como una atención oportuna de eventualidades. - Nivel de ocupación:
Toda empresa debe tener una contabilidad del número de personas que de forma habitual usan sus instalaciones, debiendo contemplar empleados, visitantes, clientes, y personal que trabaja de forma externa como contratistas.
Conociendo sus horarios y áreas de trabajo, se puede dar pauta a una mayor organización para prevenir desastres.
- Recursos para la atención a emergencias:
A mayor cantidad de recursos para controlar y prevenir emergencias, se reduce la vulnerabilidad a la que podemos vernos expuestos, en este caso estamos hablando de:
Las brigadas de emergencia tienen la función de garantizar la seguridad y el bienestar de los miembros de una empresa, así como de sus clientes y visitantes.Estos cuerpos de seguridad deben contar con capacitación en materia de protección civil, así como en otras áreas como evacuación y simulacros y, en caso necesario, seguridad e higiene industrial. Los integrantes de estas brigadas tienen entre sus responsabilidades el desarrollo, supervisión y seguimiento a planes de respuesta para prevenir desastres, así como estar presentes durante y después de cualquier tipo de evento que pueda desencadenar un peligro.
El trabajo de un brigadista es primordial para atender cualquier tipo de calamidad de forma efectiva y brindar una respuesta integral que permita otorgar seguridad, es por ello que se requiere de un perfil personal muy específico.En primer lugar, un integrantes de las brigadas de emergencia debe contar con buena salud física, así como un perfil psicológico que le permita tomar decisiones, brindar calma y controlar grupos de personas.Por otro lado, es importante que cuente con conocimientos en el manejo de equipo, que esté capacitado para ofrecer auxilio y que tenga la destreza necesaria para usar ciertas herramientas.Es importante que sea una persona que tenga la disposición a participar, que sea capaz de respetar lineamientos y normas, además de que pueda responder a superiores y seguir instrucciones de autoridades.Finalmente, aunque solo se trata de una sugerencia, se recomienda que los brigadistas tengan una edad de entre 25 y 40 años.
Los integrantes de un cuerpo de brigadistas pueden ser los siguientes:
Los integrantes de esta brigada tienen la función de intervenir para evitar la propagación de daños o pérdida de vidas humanas si es que ocurre una amenaza de incendio.Entre sus labores también está vigilar y supervisar la presencia de herramientas y equipo para controlar fuego, así como de la red eléctrica, además de cuidar que no se acumulen materiales que puedan resultar inflamables.Por otro lado, deben garantizar que el acceso de los cuerpos de bomberos sea fácil, además de supervisar que los extintores se encuentren en buenas condiciones.
Este equipo de brigadistas debe coordinar las evacuaciones, vigilando que se realicen de acuerdo a los protocolos establecidos. Además, deben observar que la señalización se encuentre en buen estado, que sea visible y que los miembros de la corporación estén informados.Por otro lado, también deben contabilizar al personal de su área, así como de dar seguimiento a la entrada de visitantes o de trabajadores externos.También se ocupan de encender las alertas, comunicarse con los servicios de seguridad y de dar las órdenes de forma precisa para que las evacuaciones o simulacros se realicen de manera ordenada y con las precauciones pertinentes.
Este cuerpo se encarga de servir y apoyar en las tareas para buscar y rescatar personas que se encuentren atrapadas en un inmueble o área en caso de un evento de riesgo.Dependiendo del hecho, es vital que cuenten con el equipo necesario que les permita realizar sus labores de forma óptima, como linternas, hachas, escaleras, camillas, botiquines, así como equipos portátiles para comunicarse.Por otro lado, para garantizar su seguridad personal y el cumplimiento de sus funciones, deberán asegurarse de contar con cascos, protectores para los ojos, guantes, botas de seguridad, además de cubre bocas o máscaras con filtros.
Este grupo tiene la labor de atender a las posibles víctimas en una emergencia, además de servir como una primera respuesta en caso de que sea necesario que sean remitidos a una institución de salud.Su nivel de especialización depende de los riesgos posibles que puedan suceder en un inmueble.Su función no es reemplazar al personal médico y tampoco pueden administrar medicamentos o realizar diagnósticos. Solamente sirven como un primer apoyo con el fin de garantizar la vida o la protección de víctimas.Entre sus tareas está verificar los signos vitales, el estado de conciencia, acompañar al afectado y portar los botiquines.
Uno de los objetivos del Programa Nacional de Protección Civil 2008-2012, es aportar acciones y políticas de protección ciudadana, bajo perspectivas que ofrezcan equidad y respeto a los derechos humanos.Es por ello que los brigadistas deben contar con cursos y capacitaciones que cuenten con la certificación por parte de las autoridades correspondientes, a fin de potenciar sus habilidades y garantizar el cumplimiento de sus tareas óptimamente.Una capacitación en materia de protección civil permite disminuir los riesgos y el impacto de desastres, así como de eventos sociales o humanos, además brindan las herramientas que permiten comprender los fenómenos naturales y de origen humano.Por otra parte, el contar con la asesoría de expertos en esta área reduce la posible vulnerabilidad, además permite reconocer de forma oportuna contingencias y prevenir accidentes.Otra de las ventajas de contar con capacitaciones en el área es poder ayudar a promover una cultura de prevención y de entendimiento antes de cualquier desastre posible.
Existen diversos sectores industriales como el químico, el energético, el biomédico, el farmacéutico o el agrícola, por citar algunos ejemplos, que por su naturaleza requieren en sus labores cotidianas el manejo de materiales peligrosos.
El término HazMat proviene de los vocablos en inglés " Hazardous Materials " (materiales peligrosos) y se refiere a cualquier producto sólido, líquido o en estado gaseoso que pueda causar un daño a las personas o a la ecología.Por otro lado, este tipo de agentes pueden resultar tóxicos, inflamables o peligrosos, por lo que su uso y manejo debe responder a normas y controles de seguridad e higiene industrial .En términos de prevención de desastres, la seguridad y la higiene se vuelven cruciales, por lo que las industrias responsables de manejar algún tipo de producto o material riesgoso, deben estar comprometidas con la seguridad, la limpieza, así como la productividad y la calidad de sus productos.Es un hecho que con el crecimiento de los sistemas de producción también han aumentado los accidentes de trabajo en industrias, por lo que es importante estar prevenidos y que el personal de trabajo tenga el entrenamiento adecuado en el manejo de agentes.Por otro lado y como parte de su capacitación, deben saber cómo responder de forma efectiva antes cualquier posible riesgo que ponga en peligro su integridad o la de su entorno.
Con el desarrollo y crecimiento de las industrias cada sector ha ido formulando leyes que protegen a los trabajadores, la sociedad y el medio ambiente.En este sentido, las primeras regulaciones a nivel global surgieron en el año 1880 en Inglaterra y al pasar del tiempo se han ido creando normas específicas por industria, así como para el manejo o transportación de agentes de forma individual.Actualmente los sectores se respaldan con normatividades y procedimientos particulares que permiten que las industrias operen de forma segura, además, el contar con planes de emergencia y respuesta, junto con las brigadas, permiten vigilar y dar seguimiento a lineamientos de acción.Como lo establece el artículo 38 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales vigente, toda empresa con un mínimo de 50 empleados debe contar con una comisión que se encargue de la seguridad y la salud.En este tipo de comisiones pueden participar delegados de los sindicatos, así como responsables técnicos para que trabajen en iniciativas que fomenten la seguridad y la capacitación.Por otro lado, deben generar los reglamentos y revisar de forma constante las políticas de higiene y salubridad, además de implementar acciones que mejoren las condiciones de trabajo y tener las cualidades que les permitan identificar de forma oportuna cualquier tipo de peligro inminente.
En nuestro país existen diversas leyes que tienen como objetivo promover y ofrecer la seguridad de las personas, como lo es el artículo 21 de la Ley General de Sanidad.En esta normatividad se especifica que se deben vigilar las condiciones de trabajo y de ambiente, sobre todo cuando estas puedan llegar a resultar nocivas en la vida de las personas o en el entorno social o natural.De igual manera, el artículo 132, fracción XVI de la Ley Federal del Trabajo, especifica que todo patrón tiene la obligación de que las labores y operaciones de fábricas, talleres, locales comerciales, oficinas o cualquier establecimiento de trabajo, se lleven a cabo conforme a las normas oficiales.La misma ley en su artículo 512 establece que se deben fijar todas las medidas necesarias para poder prevenir cualquier accidente o riesgo de trabajo, además de brindar condiciones que aseguren que el personal tenga herramientas que protejan su salud.
Los simulacros tienen la función de imitar un suceso real y nos ayudan a entender y practicar cuáles son las medidas que se requieren en materia de seguridad en caso de que un evento real suceda.Este tipo de prácticas nos dotan de la organización y conocimiento de estrategias que nos ayudan a responder si ocurre cualquier tipo de situación.
Es un hecho que ciertas catástrofes no se pueden evitar, pero si sabemos cómo responder a ellas antes de que sucedan, su impacto será mucho menor.Las estrategias de prevención nos permiten simular un evento natural o humano, sin duda, su mayor ventaja es habilitarnos con el fin de proteger nuestra vida y la de los demás.Por otro lado, con la participación e integración de brigadas de emergencia, y el contar con una planeación ante diferentes tipos de contingencias, nos permite tomar diferentes roles y establecer medidas a fin de salvaguardar la vida.
Este tipo de simulacros plantean escenarios en los cuales se debe capacitar a las personas para evacuar de forma organizada y segura cualquier tipo de inmueble o área en caso de que así se requiera.En estos, se plantean diferentes escenarios y sirven como práctica, de modo que se puedan probar estrategias o medir respuestas, además de detectar fallas con el fin de mejorar la planeación de emergencias y contingencias.Existen diferentes tipos. Las hay por su función, que pueden ser de gabinete o de campo; por su programación, en las que es posible que se realicen bajo un previo aviso o sin este; o incluso por su nivel de alcance.
En este tipo de diseño de simulacros el gabinete plantea los escenarios necesarios y las acciones que se requieren en caso de que un inmueble o área se vea afectada por un incendio.Ocasionalmente la prevención y el control de incendios se consideran como un tema aparte de otro tipo de eventos, ya que estos requieren de respuestas especiales y de una participación diferente del personal.Esto es debido a que un incendio puede ocurrir por una falla técnica, un evento humano o como resultado de un desastre natural.Por otra parte, ayuda a conocer cuáles son las condiciones actuales en las que se encuentra un inmueble, con el fin de reconocer qué áreas se encuentran ante un mayor riesgo potencial, y así poder implementar mejoras a corto y mediano plazo. - El fuego y la combustión:
Para la generación de un evento de fuego se requiere la combinación de diferentes elementos como energía-calor, combustible-vapor u oxígeno-aire. Además, para evitar su propagación, se puede recurrir a métodos de enfriamiento, sofocación o separación.Por sus cualidades se le clasifica en cuatro tipos:
Si bien es cierto que toda empresa debe garantizar la seguridad de su personal, es importante contar con la guía especializada que le ayude a formular su plan de acciones y respuesta ante los posibles eventos de riesgo.Por otra parte, contar con la asesoría de un grupo de expertos en protección civil le ayuda a la empresa a conocer las legislaciones vigentes en la materia y poder adaptarse y responder de forma oportuna a las diferentes normatividades.También deberán participar en la realización de un diagnóstico de riesgos, pudiendo detallar las condiciones del inmueble, además de ayudar a detectar los posibles peligros que puedan afectar el buen funcionamiento de una empresa.Como una función primordial, los expertos en seguridad y protección podrán participar en el desarrollo de un programa interno de protección para los trabajadores y la comunidad. De esa forma, es importante colaborar con profesionales que puedan detectar rápidamente las áreas de vulnerabilidad y generar un análisis objetivo de las instalaciones y del entorno.Es importante señalar que cuentan con los conocimientos necesarios para brindar cursos y capacitaciones para la integración de las distintas brigadas que se requieren para hacer frente a las catástrofes.También cuentan con la visión necesaria para reconocer las cualidades personales que requiere un brigadista para cumplir con sus labores, como el perfil psicológico o los parámetros físicos para la utilización de diferentes herramientas.En estos términos, nos darán las herramientas y mecanismos que toda empresa o institución necesita para crear campañas de cultura de prevención y de respuesta ante un desastre.En términos de higiene industrial y seguridad, serán capaces de reconocer los posibles riesgos a la salud que una empresa o fábrica pueda provocar de forma directa o indirecta, sirviendo como un gran apoyo en el cumplimiento al pie de las legislaciones que protegen la integridad de los trabajadores y del ambiente.Un profesional con experiencia en evacuaciones y diseño de simulacros será sin duda una pieza angular en el desarrollo y conformación de los gabinetes que se requieren para garantizar la salida del personal en cualquier tipo de evento, o hacer frente a las diferentes situaciones que pueden desencadenar las distintas clases de incendios.
Todas las empresas son diferentes, pero tienen un fin en común: mejorar la vida de las personas por medio de sus productos y servicios.Es por ello que esta filosofía debe estar presente desde la conformación de sus diferentes actividades, hasta en la relación con sus empleados, clientes y proveedores.La comunicación es vital en la creación de una cultura preventiva , la cual es una disciplina que no es estática, sino que evoluciona y nos ayuda a generar cambios en la sociedad y en el funcionamiento de sus partes.Bien dice una popular frase, "prevenir es vivir" y se trata de concientizar a todo aquel que forma parte, no solo de una corporación, sino también de una comunidad, de la importancia de modificar hábitos que han mostrado ser inseguros y promover actitudes que son por el bien común.Todos tenemos la conciencia de que México es un país que en diversas ocasiones se ha visto afectado por fenómenos naturales, pero si aprendemos a hacerles frente de forma inteligente, podremos lograr que su impacto sea mucho menor.De igual forma, los hechos que se puedan desencadenar por un accidente humano o técnico, nos dan la oportunidad a poderlos prevenir y resolver de una forma ágil si contamos con la preparación y organización necesarias para atenderlos y resolverlos.Nuestra labor y responsabilidad como empresas es brindar condiciones de trabajo adecuadas y el permitir que los empleados se desarrollen profesionalmente debe ir más allá del mero cumplimiento de sus funciones; es primordial que cuenten con los instrumentos que les permitan proteger su vida y la de los que los rodean.De ahí la necesidad de integrar brigadas en nuestras empresas, la realización de simulacros, así como el estar conscientes de que los accidentes solo están esperando a suceder.La labor de servicio requiere de saber cómo actuar ante cualquier hecho y contar con las rutas de evacuación, señalizaciones y herramientas que faciliten la lucha contra un siniestro, sin importar sus dimensiones.Es por todo esto que es vital que toda empresa cuente con su propio plan de contingencias, así como con la asesoría y apoyo de de un cuerpo de especialistas en protección ciudadana, que fortalezcan el capital humano y brinde un respaldo tanto para los medios materiales, como para el entorno social y el medio ambiente.